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Inaugurada la exposición histórica del río Darro

03.04.09

El tramo del río Darro que discurre entre el Paseo de los Tristes y Plaza Nueva constituye en la actualidad uno de los recursos paisajísticos y turísticos más significativos de la ciudad de Granada. En sus riberas, se localiza una alta concentración de edificaciones monumentales y se hace explícita una simbiosis única de paisaje natural y urbano que ha sido ampliamente tratada en la literatura y la imagen histórica sobre la ciudad. CajaGranada y Fundación Emasagra recuperan para la sociedad granadina, desde el 2 de abril hasta el 4 de junio, “Dauro. Un río en la imagen de la ciudad”, en el Centro Cultural Puerta Real de CajaGranada. La exposición fue inaugurada por el Presidente de CajaGranada, Antonio Claret, y por el Presidente de Fundación Emasagra y alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado.

A partir de Plaza Nueva, el río desaparece de la superficie urbana y discurre oculto hasta su desembocadura en el Genil. La arteria fluvial deja de ser una hendidura en la epidermis de la ciudad para convertirse en soporte de una de sus calles más tradicionales y concurridas. De un modo y otro, como cauce o como calle, el río ha continuado definiendo una particular estructura del casco histórico de la ciudad.

 

Una frontera natural

Desde, al menos, el siglo XIII, el tramo final del curso fluvial del río Darro ha estado estrechamente ligado a la evolución urbana de Granada. Si hasta ese momento había constituido una frontera natural al sur de la Alcazaba Qadima, la expansión territorial hacia la colina de la Alhambra y la Vega, promovida por la dinastía nazarí, lo configuró como la gran arteria central de la medina. El río fue desde entonces una frontera permeable, a la vez que suministrador de aguas y colector de vertidos.

 

Desde el siglo XVI, la conformación del casco histórico continuó girando en torno al Darro, en cuyos bordes se construyeron los espacios señoriales y de poder de la ciudad renacentista y barroca (palacios y casas nobiliarias, conventos, iglesias, Chancillería). Es a partir de ese momento cuando el cauce fluvial comienza a ser parcialmente ocupado por nuevos espacios públicos. En el siglo XVI tiene lugar la construcción de la Plaza Nueva y en el XVIII se erige otro gran espacio viario en su curva final en dirección al Genil, en torno a la Puerta Real. El resto del recorrido permaneció abierto durante más de un siglo, constituyendo una frontera transitable jalonada por doce o trece puentes que facilitaban la circulación entre sus bordes.

El cierre del río

Va a ser a mediados del siglo XIX cuando diversos proyectos urbanísticos planteen y ejecuten una operación de cobertura sistemática, con el objetivo de convertir todo el recorrido entre Plaza Nueva y la Carrera del Genil en una arteria viaria continua. La construcción de la Gran Vía de Colón, acometida pocos años después, no hubiera sido posible sin esa operación previa de soterramiento del río, culminada en la década de 1880. Los últimos episodios del cierre del río tuvieron lugar en el segundo tercio del siglo XX, actuándose sobre el tramo descubierto que aún discurría entre el Puente de Castañeda y la desembocadura en el Genil. Merced a esta operación, la Carrera del Genil dejó de ser la puerta de entrada a la ciudad para el tráfico rodado, sustituyéndose por la Acera del Darro.

 

Va a ser a mediados del siglo XIX cuando diversos proyectos urbanísticos planteen y ejecuten una operación de cobertura sistemática, con el objetivo de convertir todo el recorrido entre Plaza Nueva y la Carrera del Genil en una arteria viaria continua. La construcción de la Gran Vía de Colón, acometida pocos años después, no hubiera sido posible sin esa operación previa de soterramiento del río, culminada en la década de 1880. Los últimos episodios del cierre del río tuvieron lugar en el segundo tercio del siglo XX, actuándose sobre el tramo descubierto que aún discurría entre el Puente de Castañeda y la desembocadura en el Genil. Merced a esta operación, la Carrera del Genil dejó de ser la puerta de entrada a la ciudad para el tráfico rodado, sustituyéndose por la Acera del Darro.

 

La exposición, organizada por Obra Social CajaGranada y la Fundación Emasagra, está comisariada por el arquitecto Carlos Sánchez y el historiador Javier Piñar. Su objetivo es rescatar la imagen histórica de su recorrido y mostrar los hitos más significativos de su conversión en arteria urbana, mostrando una abundante selección de materiales gráficos en buena parte inéditos (planos, mapas, grabados, pintura, fotografías). Por estas imágenes discurren las transformaciones y ambientes de su recorrido urbano, jalonado por el Paseo de los Tristes, Carrera del Darro, Plaza Nueva, calle de los Reyes Católicos, Puerta Real, aceras del Darro y del Casino, Campillo y Carrera del Genil. Con “Dauro. La imagen de un río”, Obra Social CajaGRANADA y Fundación Emasagra invitan a la ciudadanía de Granada a adentrarse en un capítulo de su historia más reciente y a descubrir esa otra ciudad que, de alguna manera, forma parte del patrimonio de la memoria.